En barco por el inmenso lago, serpenteando por el río y sus afluentes, bordeando islas y recovecos, percibimos la colosal dimensión del Alqueva: mientras navegamos, hablamos del Guadiana antiguo y del actual, de las viejas y de las nuevas formas de ocupación y de mucho más. En verano, añadimos los chapuzones en las refrescantes aguas. Una vez en tierra, aún tenemos tiempo para visitar el Centro de Interpretación de Alqueva y comprender todos los impactos de esta obra en el territorio en el pasado, el presente y el futuro.